Propiedades, usos y tipos de sal
La OMS aconseja que, en lo posible, se debe emplear sal fortificada con yodo, pues es esencial para el desarrollo saludable del cerebro en el feto y para la función de la tiroides.

Sal de mesa común

La sal común o de mesa deriva de las minas de sal. Es básicamente cloruro sódico (entre un 95 y 99%). Suele ir fortificada con yodo para prevenir el déficit de este. Esta medida ha sido llevada a cabo por la OMS y otros organismos internacionales relacionados con la salud. La parte negativa es que, al estar tan refinada, pierde la mayoría de sus propiedades y minerales, o las tiene presentes a través de un laboratorio.

Sal marina: flor de sal – Céltica

La sal marina se extrae mediante la evaporación del agua del mar. Está mucho menos refinada con alto nivel de cloruro sódico, yodo, flúor, potasio, hierro y zinc. Lo malo de esta sal es que, debido a la contaminación actual de los océanos, puede contener trazas de metales pesados como el plomo. Además, su contenido en sodio sigue siendo muy alto y en exceso puede ser perjudicial. La calidad y las propiedades de la sal marina dependerán del lugar en el cual se lleve a cabo de extracción. Dentro de este tipo de sal hay dos tipos que destacan por tener unas propiedades mucho más beneficiosas: la céltica y la flor del mar.

— La flor de sal se recolecta de forma artesanal. Su sabor característico la convierte en una de las preferidas de los chefs gourmets. Además, es más baja que las otras en cloruro sódico y posee mucho menos sodio, alrededor de un 15%. No produce retención de líquidos y hay yodo presente en ella de manera natural.
— La sal céltica es también conocida como sal gris por su color característico. Se obtiene de forma artesanal secándola al sol y posee también un poco de agua, lo que le da una textura un poco húmeda. Es baja en sodio y posee minerales que se encuentran en el cuerpo humano de manera natural. Se ha asociado con numerosos remedios naturales para la salud, por sus beneficiosas propiedades

Sal rosa del Himalaya

Se extrae principalmente de Pakistán y se caracteriza por un nivel de pureza mucho mayor al de la sal común. Posee pequeñas cantidades de minerales como magnesio, potasio y calcio. Su contenido en hierro es el causante de su característico color rosado. Se dice que es la sal más pura de la tierra y su consumo se ha elevado en los últimos años. No sólo se utiliza para cocinar, sino que también se usa para realizar cosmética natural y tratamientos de spa.

Sal negra del Himalaya

Es una sal proveniente de la India, también conocida como Kala Namak. Su composición mineral con hierro, azufre y magnesio es lo que le otorga su particular color. Tiene un bajo contenido en sodio y un sabor muy característico que recuerda bastante al huevo. Es por ello, muy utilizada en recetas veganas para imitar el sabor del huevo en mayonesas o tortillas. Además, dicen que posee propiedades terapéuticas y es una de las más saludables.

Sal kosher

Utilizada por la comunidad hebrea, su proceso de producción está abalado por el judaísmo. Se refina, pero a la vez es más pura por el hecho de que no suele contener aditivos y es de fácil disolución.

La sal de Hawái. Negra o roja

— La sal negra de Hawái no está refinada y tiene ese nombre debido su adición de carbón, que le otorga un color negro. Es depurativa y digestiva.
— La sal roja obtiene su nombre por su color, proveniente de un mineral llamado Alaea de la arcilla volcánica de Hawái. Es rica en minerales y especialmente en hierro, por lo que puede ser de ayuda a personas que padecen anemia. Tiene un sabor bastante particular.

La sal de bambú

Es propia de Corea. Se produce introduciendo sal de mar en cañas de bambú y sellándola con arcilla amarilla. Después se asa y se repite el proceso varias veces hasta obtener una sal de color verde sin impurezas. Su coste es muy elevado y se utiliza para fines culinarios y tratamientos de belleza, además de para la preservación de alimentos.

Sal Maldon

Se extrae del estuario del río Blackwater, ubicado en el municipio que le da nombre, en Inglaterra. El proceso de elaboración es artesanal y laborioso; de hecho, utilizan técnicas arcaicas ya empleadas por los antiguos sajones. El resultado son unos cristales en forma de escamas que reclaman la atención visual y proporcionan una textura crujiente y un gusto muy interesante en el paladar. Se demoran bastante en disolverse, por lo que van muy bien para los asados de carne, las parrilladas de verdura y las setas braseadas.